9 de junio de 2016

La primera tarjeta amarilla de la historia fue para un ruso en el Mundial de México’70.


Aunque ahora son tan comunes, las tarjetas amarillas y rojas no han existido desde siempre. Existía, sí, la recomendación a los árbitros de advertir de expulsión a los jugadores especialmente incorrectos, a los que hacían faltas muy peligrosas, o a los que reiteraban las faltas o las protestas. Existía la indicación de que debían ser amonestados verbalmente y, en caso de insistir, expulsados. Pero se hacía poco, cada vez menos, y los jugadores con clase estaban poco protegidos.

 
Pelé lesionado en el Mundial de 1966

El Mundial de 1966, en Inglaterra, llevó la situación a lo insostenible. Pelé fue masacrado a patadas, por los búlgaros primero y después por los portugueses. Salió lesionado y nadie fue expulsado. 
Stiles , el medio inglés, se pasó el Mundial haciendo faltas, siempre al jugador estrella del equipo rival, de cuyo marcaje se encargaba. Rattín, capitán de Argentina, fue expulsado por protestar a Kreitlein, árbitro alemán, en el partido contra Inglaterra. No hubo constancia de que hubiera sido avisado previamente. Tras el campeonato quedó la sensación de que había que hacer algo, de que la cuestión de las amonestaciones y las suspensiones, aunque bien prevista en el reglamento, no se estaba aplicando adecuadamente. Había que ayudar a los árbitros, empujarles a que hicieran esto mejor.
   
Rattín expulsado en el Mundial de 1966
Así que se decidió introducir un nuevo sistema: dotar a los árbitros de una tarjeta amarilla y una roja. La amarilla para advertir, la roja, para expulsar, bien por reiterar las conductas que merecían tarjeta amarilla, bien para castigar directamente conductas especialmente violentas o antideportivas. La innovación se presentó en sociedad en el partido inaugural del Mundial de México de 1970, un México-URSS. El árbitro era el alemán Tschenscher. Una multitud colmó el gigantesco estadio Azteca, primero para ver la ceremonia inaugural y luego para presenciar el partido de los «chamacos» contra los soviéticos (entonces todavía era la URSS, en ruso, CCCP, que algún periodista chusco mexicano tradujo por «cucurrucucú… paloma»). No vieron un gran partido, no vieron ningún gol, pero vieron algo histórico: la primera tarjeta amarilla que fue, claro, para un visitante, Asatiani, por una entrada dura sobre el local Velarde a los 27 minutos de juego. Había visto la luz la tarjeta amarilla.
 
Imagen Histórica, primera tarjeta amarilla mostrada en la Historia del fútbol

Asatiani era un hombre marcado negativamente por el destino. Años más tarde, un breve teletipo informaba a las redacciones de todo el mundo que Kaji Asatiani, de cincuenta y cinco años, y primer hombre que había visto una tarjeta amarilla, había muerto violentamente en Tbilisi, donde se dedicaba a diversos negocios tras haber sido director del Departamento de Deportes de Georgia. Según informó la policía, Asatiani fue ametrallado por unos desconocidos que le esperaban en un coche aparcado y que se dieron a la fuga tras cometer el crimen.

Alfredo Relaño (Periodista)

1 comentario:

  1. Aunque ahora son tan comunes, las tarjetas amarillas y rojas no han existido desde siempre.

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