Copa del prestigioso Trofeo Ramón de Carranza |
El fútbol tal y como lo conocemos hoy en día surgió en
Inglaterra, muchas de sus reglas actuales fueron aportadas por los franceses,
pero hemos sido los españoles los que creamos uno de los momentos más
emocionantes de cualquier encuentro eliminatorio: la tanda de penaltis. ¡Cómo lo lees!.
Rafael Ballester Sierra |
Ballester era por aquel entonces directivo del club cadista,
y anteriormente había sido presidente de un equipo modesto de la capital, la
U.D. Gaditana. Antes de su genial idea, los partidos que terminaban en empate,
se resolvían de la forma que aún lo siguen haciendo los ingleses en la Copa:
jugando un "replay". Esto, en un Trofeo que duraba tres días, era
algo impensable, por lo que los partidos se prolongaban hasta que alguien
deshacía la igualada. Se dieron casos en que los encuentros terminaban a las
dos de la mañana, lo que suponía un aburrimiento total para los espectadores, y
una auténtica paliza para los deportistas, que al día siguiente se veían en
serias dificultades para poder afrontar la final.
Esto era precisamente a lo que parecía que estaba abocada la
Final del Trofeo Ramón de Carranza del año 1962, que enfrentaba a Barcelona y
Zaragoza, y que acabó con el resultado de 0-0 tras los primeros noventa
minutos.
Tras éstos, decidió jugarse una prórroga, que dio como
resultado otro empate, esta vez a uno, merced a los tantos marcados por
Marcelino en el 93 para los maños, y por Re en el 110 para los blaugranas.
El colegiado de aquel encuentro, el portugués Joaquim Campos,
iba a consultar con capitanes y entrenadores para ver cómo resolver el
entuerto, cuando apareció Ballester, que le sugirió al luso que se ejecutaran
unos "lanzamientos de desempate" (Don Rafael no quería llamarlos
penalties, pues éstos implicaban un castigo). Al
contrario de cómo se hace ahora, cada equipo dispararía sus cinco lanzamientos
de forma consecutiva, para luego dar paso al otro equipo. Tanto a los
zaragozanos como a los catalanes les agradó la idea, dando así origen al primer
desempate por penalties de la historia del fútbol.
El Zaragoza fue el primer equipo que probó suerte. Duca, el
excelente delantero maño, pasó a los anales como el jugador que inauguraba
dichos lanzamientos, que además anotó para los suyos. Posteriormente tiraron
Seminario (que acertó), Lapetra (que lo mandó al palo), Santamaría (que lo echó
fuera) y finalmente el portero Yarza (que dejó el parcial en 3-0).
El Barcelona por tanto debía marcar al menos tres para no
perder, y con cuatro se llevaría la copa de campeón. Comenzó disparando
Benítez, que marcó el primero. A continuación le siguió Re, que también mandó
el cuero a las redes. Luego Camps y Cubilla se encontraron con un sensacional
Yarza, que rechazó sendos disparos. Por último, con toda la presión sobre él,
Gracia hacía el empate. Era el colmo de los colmos: empate en el partido,
empate en la prórroga, y empate en los lanzamientos de desempate.
Llegados a este punto, el colegiado decidió reunir a
delegados, capitanes y presidentes de ambas escuadras, para dirimir como
resolver la eliminatoria. Todas las partes acordaron repetir la tanda de
lanzamientos. Esta fue el Barcelona el que la empezó, y no pudo hacerlo mejor. Los
cinco intentos acabaron en goles de Goywaerts, Benítez, Re, Gracia y Verges.
Esto obligaba a los aragoneses a no errar ni una sola vez.
Empezaría la segunda tanda Duca, que como va dicho, comenzó
la primera. Pero esta vez el delantero la manda fuera, acabando, a las primeras
de cambio, con la esperanza de poder empatar de nuevo. El jugador cayó al
césped, donde se lamentó por su fallo, mientras los barcelonistas festejaban el
triunfo final, que tantos minutos les había costado, y que se resolvía por vez
primera de forma tan singular.
Barcelona, primer equipo en ganar un Trofeo en la tanda de Penalties |
Posteriormente, se recurrió a esta técnica para decidir
ganadores, como en la Watney Cup de Inglaterra de 1970, en la que el Manchester
United dejó en la cuneta al Hull City, por el mismo procedimiento.
La FIFA y la UEFA adoptarían años después este sistema para
las eliminatorias en grandes torneos. El primer gran título decidido por los
lanzamientos de penalties fue la Eurocopa de 1976, en la que Checoslovaquia se
impuso a Alemania con el archiconocido penalti de Panenka.
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