2 de octubre de 2014

FRANCO BARESI, la defensa hecha arte en el equipo de sus sueños, AC Milan


 

Hablar de Franco Baresi no es hablar de un futbolista cualquiera, sino del Duomo del AC Milan, institución que se adelantó al futuro con la llegada de Berlusconi a los despachos, Sacchi al banquillo y Baresi al terreno de juego. Capitán y emblema 'rossonero', Franco cambió el mundo del fútbol situándose cerca del portero y observando el panorama. El heredero del fútbol de Beckenbauer era italiano, nació un 8 de mayo de 1960 y tenía sangre roja y negra.

Es el segundo jugador con más partidos en la historia del AC Milan, con un total de 719, sólo por detrás de un jugador que desde luego también aparecerá en esta serie de artículos, Paolo Maldini.





INFANCIA Y JUVENTUD

Baresi hizo historia en el equipo de su vida. Franco era un hombre fiel a unos colores que defendió como si le fuera la vida en ello. El de Travagliato maduró antes de tiempo, obligado por la prematura muerte de sus padres, y cumplió su sueño de vestir la camiseta del Milan a los 14 años, cuando conoció Milanello para formar parte de una familia en la que se convirtió en la cabeza visible.

Se hizo cargo de él y de su hermano Giuseppe la hermana de ambos, Lucía. Los dos hermanos pasaban el tiempo jugando a fútbol en el pueblo, y fue allí donde ambos llamaron la atención de un ojeador del Inter de Milán. Ambos hicieron una prueba con el equipo, pero sólo Giuseppe la pasó, Franco fue descartado debido a su baja estatura. Seguro que a día de hoy, el Inter de Milán aun sigue lamentando este error.
   
Aun así Franco no dejó de pelear por conseguir cumplir su sueño de jugar a fútbol profesionalmente, realizó dos pruebas sin éxito en el AC Milán, y no fue sino hasta la tercera ocasión en la que fue aceptado y entró a formar parte del equipo juvenil del AC Milán. Corría el año 1974, Franco tenía 14 años, consiguió entrar en el que sería su club durante los siguientes 23 años.

CARRERA EN EL AC MILÁN

Cuatro años después de su ingreso en la escuadra juvenil del AC Milan, poco antes de su 18 cumpleaños, Franco vistió por primera vez la rossonera con el primer equipo. Fue el 23 de abril de 1978 en un partido contra el Verona, sería el único partido de Liga disputado por Baresi esa temporada, pero también jugaría en otros dos partidos de Copa.

La segunda temporada supuso la consolidación para el joven Franco. Consiguió hacerse un fijo en la titularidad; disputando 30 partidos de Liga, 4 de Copa y 6 de la Copa de le UEFA. Ese año también gano su primer Scudetto.
 


Los siguientes años Baresi siguió siendo un habitual en las alineaciones del AC Milán. Curiosamente también le tocó vivir las horas más bajas de los últimos años en Milán, cuando entre 1980 y 1983 el equipo jugó en la Serie B.
 


Fue la temporada siguiente, en 1984, cuando llegó a Milán el entrenador que marcaría un antes y un después en la carrera de Baresi, el sueco Nils Liedholm.

Nils marcó el camino para que Franco se convirtiera en uno en unos de los mejores libres de la historia, enseñándole las claves para jugar en esta posición.

Si Nils fue el que marcó el camino, fue Arrigo Sacchi el que terminó de asfaltarlo.

Sacchi llegó un año después de que se produjera un hecho crucial en la historia del club rossonero. En 1986, Silvio Berlusconi, que por aquel entonces era “únicamente” un empresario de los medios de comunicación, asumió la presidencia del Club, llevando a cabo una gran remodelación del mismo. Fichó a Sacchi para el banquillo y juntó a muchos de los mejores jugadores de la época; militaron en el Milan de Berlusconi jugadores como: van Basten, Gullit, Rijkaard, Ancelotti o Maldini.

Franco se enfrentó durante años a su hermano Giuseppe jugador del Inter
De esta manera, el Milan se convirtió en uno de los mejores equipos de finales de los 80 y principios de los 90.

Este mítico equipo del Milan tenía dos cerebros, uno era Sacchi desde el banquillo y el otro era el propio Baresi, que era el timón del equipo sobre el césped.

Durante la etapa de Sacchi a cargo del equipo, Baresi alzó 1 Scudetto más, 2 Copas de Europa y 2 Copas Intercontinentales.

Tras la etapa de Sacchi, Baresi estuvo a las órdenes de Fabio Capello, consiguiendo otros 4 Scudettos y otra Copa de Europa.

Fueron años dorados para el Milan y para Baresi, que continuó en el Milan hasta 1997 consiguiendo aún otro Scudetto más en la temporada 1995/96.

Finalmente, en 1997 y a la edad de 37 años, Franco decide retirarse del fútbol en activo.

El Capitán dejó de vestir una camiseta que lleva tatuada con 37 años, después de que sus condiciones y su inteligencia le permitieran alargar su carrera en los más alto. Con 3 Copas de Europa, 6 Scudettos y 2 Intercontinentales, entre otros títulos, a sus espaldas, Baresi colgó las botas, pero no su camiseta, eterna.

Como homenaje, el club decidió retirar el dorsal número 6 y además entró a formar parte de la directiva del Club como vicepresidente,



TRAYECTORIA EN LA SELECCIÓN ITALIANA

 
Baresi fue también un jugador muy importante para la La Squadra Azzurra, jugando un total de 81 partidos con la selección durante su carrera, en los que anotó un gol. Fue capitán en 51 de esos 81 partidos

Estuvo presente en tres Mundiales: España’82, Italia’90 y EEUU’94.

En el Mundial’82 Baresi no jugó, ya que por aquel entonces era el sustituto Gaetano Scirea. Italia terminó proclamándose campeón de la competición.

Su debut se produjo el 4 de diciembre del año 82, en un partido contra Rumanía.

Curiosamente, no fue convocado para el Mundial de 1986, debido, principalmente a desavenencias con el seleccionador, que lo veía más como centrocampista.

Estuvo casi dos años ausente de la selección, pero con la llegada de Azeglio Vicini al puesto de seleccionador se convirtió en una pieza fija del combinado nacional.

Ya no hubo quien le moviera del puesto de libre durante la Eurocopa de 1988 y el Mundial de 1990.

En 1991 un viejo maestro de Baresi es nombrado seleccionador italiano, hablamos de Arrigo Sacchi.

Con su antiguo mentor en el banquillo, Baresi es nombrado capitán de la selección,
 


Ejerciendo como tal durante el Mundial de 1994, se lesionó el menisco en el segundo partido de la competición jugado contra Noruega. Milagrosamente, 25 días después de la lesión reapareció para jugar la final del Mundial contra Brasil.

Realizó un encuentro espléndido, el partido llegó a los penaltis y Baresi lanzó el primer penalti para Italia, lamentablemente para él, no consiguió marcar y Brasil consiguió alzar el trofeo mientras Franco lloraba desconsolado sobre el césped.
   

Finalmente, el 7 de septiembre de 1994, en un partido contra Eslovenia, jugó su último partido como internacional a los 34 años de edad

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